En memoria de Gordi (escrito de Villabichos)

¡¡¡¡ La que has armado, Gordi !!!!

Seguro que ahora estás, asomado desde tu nube, asombrado ante todo esto..... Tú sólo te acercaste al bordecito para volver a ver, desde allá arriba, a tu familia...a tu querida Miryam. Sólo querias ver que todo estaba bien, como siempre ha estado....

Y encuentras los ojos de Miryam llenos de lágrimas.....lágrimas que se unen a las de 8000 amigos más. Lágrimas que caen a la tierra para regar la semilla que ya ha empezado a germinar...

Te preguntas qué tiene que ver esto contigo... Claro, tu solo hiciste lo que mejor sabes hacer:

Ser compañero y amigo, esperar pacientemente junto al ordenador, hacer reir cuando más se necesita, pasear, jugar, revolcarte en la arena..... solo disfrutaste de la vida, de la comida, de los juegos, del amor de la familia..... Como cualquier otro perro. ¡¡¡¡ Que importa la raza !!!!
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Y poco a poco conseguiste hasta cambiar el lenguaje, Pasaste de ser un perro de caZa a ser un perro de caSa. Sólo una letra que cambia totalmente una vida.....

Una casa en lugar de un zulo, un paseo en lugar de una cacería, pienso y chuches en lugar de pan duro, abrazos en lugar de patadas... y una vejez rodeado de cariño en lugar de un tiro o una cuerda en el campo.

Ya no sorprenden los setters paseando con sus dueños, los pointers viajando de vacaciones, los bretones jugando con los niños, los galgos luciendo su elegante estampa en la ciudad.....

Y tú, Gordi, eres, en gran parte, el culpable. Así que no te asombres si a tu nube empiezan a llegar bracos gorditos, podencos viejecillos hablando de sofás..... y si, al verte, sonrien y dicen los unos a los otros ; " Mira, es Gordi. El perrito de Myriam, el de "perros de casa",

lunes, 19 de mayo de 2014

Se llama Momo y agonizaba en un descampado (adoptado)

Estábamos tan contentos, teníamos tantas fotos preciosas que compartir con vosotros y tantas ganas de trabajar duro para sacar esto adelante.

¿Y cómo se hace para seguir? Se llama Momo y agonizaba en un descampado de Cazalla de la Sierra, un pueblo de Sevilla. Al recibir la foto en el Whatsapp, dios mío, qué ganas de llorar, cuánta rabia y cuánta vergüenza.

¿Hacia dónde vamos? ¿Qué es de la compasión, de la empatía, del cariño o de la solidaridad? ¿Cuánto tiempo llevaba Momo muriendo de hambre sin que nadie le prestara atención? Dios mío, ¿por qué y para qué tanto dolor?

Sólo podemos hablar de dolor, de polvo, de calor, de soledad, de miedo, de hambre y de un cuerpecito pequeño y llagado que temblando agonizaba en un suspiro.

Momo es alguien, no es algo a lo que se pueda despreciar hasta la muerte; Momo no es una herramienta de trabajo pero tampoco es una puta mascota. Momo tenía derecho a que lo quisieran mucho, a que lo respetaran, a que lo trataran desde la dignidad que merece cualquier habitante del planeta. Ya está bien de tanta impunidad, de tanto desprecio y de tanta estupidez ¡YA BASTA!

Momo está en la clínica de Sevilla Este y se muere. Lo están intentando nuestras vetes, y no lo van a dejar solo y lo van a hacer todo, y nosotros estamos ahí con él. Pero se muere, está cansado de vivir y de sufrir.

Esto no se termina nunca y algunos por aquí ya estamos, de verdad, demasiado agotados de tanto horror. Pobres almas inocentes, pobres animales a merced de una especie cruel.

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